Después de muchos años el Nobel premia al cuento. ¡Y qué cuento! La escritora canadiense Alice Munro ganó el 10 de octubre 2013 el premio Nobel de literatura. “Maestra del relato corto” según la Academia Sueca: “su estilo es claro y de un realismo psicológico”. Munro, nacida en Whingham (Ontario) en 1931, es la décimo tercera mujer que obtiene el premio más importante de las letras universales y la primera que se apunta el tanto para el país norteamericano. La narradora ha colocado los cimientos del realismo moderno literario de su país. Munro se inició en la literatura a los 30 años, con cuentos y relatos que vendía para la radio pública canadiense. Alice Munro ha volcado en su literatura la experiencia de su vida cotidiana. Hija de una profesora y un granjero, estudió periodismo y filología inglesa, pero abandonó los estudios para casarse y ser ama de casa. Entonces aún no escribía. Montó una librería con su primer esposo, padre de sus 3 hijas, hasta que se divorciaron. La escritora se casó por segunda vez (aunque mantuvo el apellido de su primer marido) y empezó a publicar con éxito en 1968. La autora ha sido influenciada por sus tres hijas, su madre y por las mujeres que ha conocido en su vida para construir su gran territorio literario. Fue exactamente una de las hijas quien le dio la noticia del premio. La escritora ha asegurado que se trata de “una cosa maravillosa” recibir este honor y ha dicho que su marido que murió hace unos meses, hubiese estado muy contento y que su ex marido también y su familia estaban encantados. Munro reveló hace tres años en una entrevista en Toronto que había estado luchando contra el cáncer aunque no reveló más detalles, y el pasado junio dijo que probablemente escribiría nunca más. La vencedora después de la noticia del galardón reveló sus impresiones diciendo que ella no creía de verdad que ganaría este premio porque en el último período de su vida había tenido muchos problemas de salud y creía que era una de las cosas más improbables que pudiesen sucederle en su vida e incluso no ocurrirle nunca.
Erica Catoni